Impacto psicológico y social de la asistencia sociosanitaria en el domicilio

22 Agosto 2024

La asistencia sociosanitaria a domicilio se ha convertido en una opción cada vez más demandada, especialmente para personas mayores, con enfermedades crónicas o con movilidad reducida.

Este enfoque permite que los pacientes reciban atención médica y apoyo social en la comodidad de su hogar, lo cual tiene implicaciones significativas tanto en su bienestar psicológico como en su integración social.

A continuación, exploramos los principales impactos de esta modalidad de atención.

Reducción del estrés y ansiedad en el paciente

Uno de los beneficios más evidentes de la asistencia domiciliaria es la disminución del estrés y la ansiedad en los pacientes.

Estar en un entorno familiar, rodeado de sus pertenencias y, en muchos casos, de sus seres queridos, proporciona una sensación de seguridad y confort que es difícil de replicar en un entorno hospitalario.

Este ambiente familiar ayuda a los pacientes a manejar mejor la ansiedad que puede surgir debido a su enfermedad o condición, contribuyendo a una mejor salud mental en general.

La continuidad en el entorno familiar también facilita la adaptación emocional a los tratamientos médicos, lo que puede mejorar la adherencia a los mismos y, por lo tanto, los resultados de salud.

La atención personalizada y el trato cercano por parte de los cuidadores y profesionales de la salud refuerzan este sentimiento de seguridad y bienestar.

Prevención del aislamiento social

El aislamiento social es un problema común entre las personas que padecen enfermedades crónicas o que tienen movilidad limitada.

La asistencia sociosanitaria a domicilio puede jugar un papel crucial en la prevención de este aislamiento.

Los cuidadores no solo proporcionan apoyo físico y médico, sino que también actúan como una fuente vital de interacción social, especialmente para aquellos pacientes que viven solos o que tienen un círculo social reducido.

Además, la asistencia a domicilio facilita la permanencia del paciente en su comunidad, lo que puede favorecer la participación en actividades locales o el mantenimiento de relaciones con vecinos y amigos.

Esta continuidad en la vida social es esencial para la salud mental, ya que reduce la sensación de soledad y puede incluso retardar el deterioro cognitivo en personas mayores.

Fomento de la autonomía y la autoestima

La posibilidad de recibir atención en casa también contribuye a fomentar la autonomía y la autoestima de los pacientes. Muchos prefieren seguir siendo independientes en la medida de lo posible y la asistencia a domicilio les permite mantener el control sobre su vida diaria.

Los pacientes pueden tomar decisiones sobre su rutina, lo que fortalece su sentido de independencia y capacidad para manejar su situación.

Mantener esta autonomía es vital para la autoestima de los pacientes, ya que evita la sensación de dependencia total y les permite participar activamente en su propio cuidado.

Esta participación activa puede traducirse en un mayor empoderamiento del paciente, mejorando su bienestar emocional y su motivación para seguir luchando contra la enfermedad o la discapacidad.

Efecto positivo en los familiares

El impacto de la asistencia sociosanitaria a domicilio no se limita al paciente; también tiene repercusiones positivas en los familiares.

Al recibir atención en casa, los familiares pueden participar directamente en el cuidado, lo que no solo les permite estar más cerca de su ser querido, sino también compartir la carga del cuidado con profesionales.
Pero es muy importante que las familias se dejen asesorar por los profesionales que prestan directamente el servicio y por las empresas que lo coordinamos, fundamentalmente a la hora de utilizar materiales de apoyo cuando la movilidad de los pacientes es muy reducida, y en muchas ocasiones los familiares tienen mucha resistencia a utilizar estos materiales de apoyo hasta que lo conocen, y al no utilizarlos tanto los propios familiares como los auxiliares pueden correr riesgos de lesiones.

Esto puede reducir el estrés y la fatiga que a menudo experimentan los cuidadores informales, mejorando su propio bienestar psicológico y fortaleciendo las relaciones familiares.

En definitiva, la asistencia sociosanitaria a domicilio tiene un impacto profundo y positivo en el bienestar psicológico y social de los pacientes y sus familias.

Al ofrecer un entorno seguro, promover la interacción social y fomentar la autonomía, este tipo de atención contribuye significativamente a mejorar la calidad de vida de las personas que la reciben. Sin duda, es una opción que seguirá ganando relevancia en los sistemas de salud contemporáneos.

 


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